Luego de un día agitado y cuando todos – «al fin» – se habían ido, decidimos terminar el día con un juego de mesa familiar. Esa noche el invierno fue intenso particularmente y fui a buscar calor en el estante de mantitas en un rincón poco frecuentado y frío de la casa, un minuto después, al bajar esas largas escaleras, mis adorables calcetines coloridos toman forma de patines… y resbalo… y alzo vuelo para volver a bajar – ¡Aplausos a la ley de la gravedad! – … y mi cuerpo comprende que a mis casi 50 años muchas cosas iban a cambiar.
Una costilla rota, unas vértebras golpeadas y tres meses de descanso médico me permiten comprender que mi trabajo N°1 (cajera de supermercado) tiene sus días contados, pero la coyuntura hace que mi trabajo N°2 (asistente de arquitecto freelance) también se vaya al tacho y que mi trabajo N°3 (acuarelista e ilustradora freelance) pueda o más bien «deba» convertirse en mi trabajo N°1 y a tiempo completo.
es un trabajo necesario de ingresos fijos y seguros ya que soy asalariada, tengo todos los beneficios que el común de mortales anhela. Es verdad que el puesto que ocupo no es estimulante ni interesante pero la tranquilidad que produce cada fin de mes hace que mi carta de renuncia siga en el expediente de «pendientes».
me aporta un complemento financiero pero siempre fue y será poco interesante profesionalmente, hacer arquitectura en un pueblo rural minúsculo no estimula el aprendizaje, cero retos, cero interés, así que ni me apena ni me alegra si existe en mi vida.
ligado a la acuarela artística siempre me ha enriquecido porque nunca termino de aprender, es estimulante y variado, mi ser se desarrolla a su máxima plenitud sin jefes de por medio pero no cubre mis gastos familiares, entonces ¿Cómo carajos voy a lograr vivir de lo que más me gusta hacer?
Esos 3 meses no solo sirvieron para darme cuenta que la vejez jode, sino para comprender que tenía que idear un plan, así que hice una lista de lo que me gusta crear y el porqué, y me quedaba resolver únicamente el … cómo.
Ya estamos a casi finales del verano europeo, he definido el cómo, estoy trabajando en la forma y he modificado mi página web con los nuevos servicios artísticos en los que pienso trabajar, porque sí señores, el arte es un trabajo como cualquier otro, los artistas también comemos y nuestro tiempo también se factura, no vivimos del aire y del gracias y mucho menos de los aplausos.
La verdad no sé si funcione pero no quiero quedarme de brazos cruzados, tengo alma de aventurera sin ser soñadora, solo me queda trabajar y trabajar y… trabajar, que la perseverancia con la que nací me puede servir ahora cuando más la necesito.
Si la curiosidad les anima a visitar mis redes sociales o mi página profesional… ¡Adelante!
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